Friday, January 18, 2013

¡Aquí!, Sirviendo por Raquel 7 años*

¡Aquí!, Sirviendo por Raquel 7 años; ya serví por Lea 7 años. 7+7 = 14 años. ¡Y todavía Labán no me la entrega! La codicia de Labán; no tiene limites. Te voy a devolver, todo lo que el Diablo te quito. Así dice; El Señor Dios Omnipotente. Labán.. ¡entrega a Raquel a Jacob!. Labán; Y no use el nombre de Jacob, ni por bien ni por mal. Los pactos de Jacob Explicación del mensaje: Génesis 29: 18-21 dice sobre el pacto con Labán: Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor. Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo. Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba. Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella. Jacob se va donde su tío Labán con quien hace un nuevo pacto. Acuerda servirle siete años para obtener el derecho de casarse con Raquel. Génesis 29: 25-28 habla del engaño: Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado? Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor. Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años. E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer. Labán engañó a Jacob y lo obligó a trabajar otros siete años, ya que le dio primero a Lea, la hermana mayor. Imagina cuánto amaba a Raquel para trabajar y esperar otros siete años por ella. Génesis 30: 43 confirma: Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos. Génesis 31:5-7 dice sobre la frustración de Jacob: Y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo. Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal. La Palabra dice que a pesar de los engaños y de que toleró que le cambiaran el salario diez veces, finalmente Jacob prosperó porque Dios le da una forma creativa para lograrlo. Hizo un nuevo trato con Labán y le pidió que le pagara con las ovejas rayadas que nacieran. Como no había muchas, el suegro consintió pero luego nacieron en gran cantidad porque Jacob obedeció las instrucciones del Señor de como aparear las ovejas, bajo ciertas condiciones. Génesis 32:13-15 relata: Y durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un presente para su hermano Esaú: doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros, treinta camellas paridas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos. Era un hombre tan rico que solamente lo que tenía a su alcance fue suficiente para llevar a Esaú un regalo de quinientas ochenta cabezas de ganado. Jehová lo bendijo con abundancia porque habían hecho un pacto. El pacto con Dios Génesis 28:20-22 nos confirma: E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti. Cuando Jacob huye de su casa, sale sin nada. Entonces duerme en el campo y una piedra le sirve de almohada. Esa noche sueña con ángeles que suben y bajan del cielo por una escalera, así que se levanta y unge la piedra. Nuestro Padre es un Dios de pactos y el voto de Jacob se selló con su promesa de diezmo. Los pactos que hacemos con el mundo son necesarios pero pueden fallar. Los familiares, socios y amigos pueden quedar mal. Es permitido pretender un mejor salario y como empresario esperar más utilidades, también es válido ser leales y esperar lealtad a cambio, pero el problema es hacer voto con Dios y no confiar en Su poder y fidelidad. Cuando Abraham regresó de la conquista, se negó a recibir recompensa del rey de Sodoma porque la recibiría solamente del Señor. Su nieto Jacob hizo lo mismo y fue fiel al pacto que había hecho con el único que nunca lo engañaría ni defraudaría. Ambos confiaron en el voto que hicieron con Dios, no con los hombres. El voto que haces con Dios a través de tus diezmos es poderoso. Si diezmas, cree en el poder que hay en ese pacto y no apeles a los hombres, sino al Señor Jesucristo, tu Sumo Sacerdote. Ya no te quejes de las debilidades humanas, date cuenta que el voto y el pacto divino está hecho y puedes apelar a ellos. Jacob hizo tres pactos, el primero con su hermano Esaú, el segundo con su tío Labán y el tercero con Dios que nunca le falló. Nuestros diezmos no son donativos sino instrumentos de honra al Dios de pactos que nunca nos defraudará. Yo puedo dar testimonio de ello porque no he dejado de cumplir con mi pacto y Él tampoco me ha abandonado, porque me prospera en todo lo que emprendo. En los momentos de duda voy delante de Dios y le recuerdo que he guardado el pacto. Entonces Su respuesta viene sin tardanza. Melquisedec le dijo a Abraham que tomara el pan y la copa y él obedeció. Diezmó luego de ser bendecido. Jacob no tenía nada y prosperó siendo obediente. Prometió sus diezmos ante la escasez que vivía. Puedes aprender a diezmar por una y otra razón, cuando tienes abundancia o cuando tienes necesidad, en ambas circunstancias recibirán bendición. Los dos recibieron porque fueron fieles a su pacto con el Señor. Nuestra relación con Dios se basa en pactos. Somos salvos por el pacto que Jesucristo selló con Su sangre y tu diezmo ante el altar es una renovación constante del poderoso pacto de honra que te asegura bendición. No menosprecies ese voto y reclama lo que te pertenece. Cree en lo que haces porque tu fe es importante para recibir todo lo que Dios tiene para ti. No lo dudes, te bendecirá, engrandecerá, levantará y prosperará como sólo Él sabe hacerlo. Confía en Sus promesas y descansa en Su palabra. The ministry of faith Prophet, TERESA AQUINO.

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